jueves, 23 de abril de 2015

... dedicado a mis amigos

Quiero dedicárselo enteramente a mis amigos. Sin nombres propios, pero quien o quienes lo lean sabrán que compartieron conmigo ese momento único, inolvidable, sublime, mágico... pero por sobre todas las cosas, irrepetible... Ya tengo los ojos cargados de lágrimas.

Desde niño disfrutaba jugar en la vereda, en la calle de tierra, a la bolita o a la pelota, a veces venían a buscarme, y el mágico: "Javiiiiii, vamos a jugar a la pelota ?"  (Ya estoy llorando y no puedo parar... )
Otras veces ibamos a buscar a otros a sus casas... también para ir a jugar o andar en bicicleta. Teníamos varios lugares donde jugar. El campito, la vereda, a la vuelta, el baldío, en lo de tal, a la casa de tal. Todo era jugar y divertirse. Cazábamos sapos y renacuajos en la zanja llena de agua de lluvia.
Cazábamos mariposas, a los policias y ladrones, futbol de vereda, uno contra uno, con pelotita de esponja.
Jugábamos hasta que no se veía más, el sol decía basta, nos sentábamos en la vereda a ver las estrellas, el cielo, lleno de "bichitos de luz", esperando alguna estrella fugaz, mirando la luna y soñando con el futuro. Pasamos carnavales, inviernos, veranos, cumpleaños, fiestas, navidades, años nuevos, muchos días, tardes y noches juntos. No pasa un día en que no piense en eso o que no tenga un recuerdo o una historia para contar que tenga relación con esos momentos, soy eso, estoy hecho de eso, soy esencialmente eso, soy y estoy hecho de esas historias vividas, son mis tesoros.
Después crecí y fui a la secundaria, entonces encontré amigos nuevos, y no se si debiera decir hice amigos, en fin, creo que es solo gramatical, por ahora, esa cuestión.
Estudiar juntos o sentarnos juntos o encontrarnos en el recreo, hizo que fuera encontrando muchos amigos, después comenzamos a salir los fines de semana y la vereda de casa cambió por las de San Miguel y al rededores. Pero como ese escenario del debut, la vereda y la calle de tierra están ahi, igual que hace 30 o 40 años, permanece inalterable.
(SIGUE pero no lo he podido terminar, demasiada emoción lloro mucho cuando pienso en ello y no me permite seguir... )

jueves, 28 de agosto de 2014

A mexican lost in Michigan

Tengo el honor de conocerlo. El nombre es solo una etiqueta, que lo identifica, pero no lo define, el nombre es un accidente, es como la marca que le imprimen los padres al proyecto de persona que ellos idealizan, al final, y de esto estoy seguro, jamás se concretan como lo soñaron o lo pensaron, la individualidad, la libertad, el medioambiente que lo rodean al individuo, van moldeando a la persona.
Lo conozco, y es por eso que lo puedo describir.
Alto, espigado, de corteza dura, machacada por el paso del tiempo, esconde y resguarda un interior tierno. De cara sin expresión, de sonrisa difícil y hasta triste me animaría a arriesgar. Si lo viera en las calles heladas, nevadas de Michigan, diría que es un solitario, tiene ese aspecto de reservado. Pero lo que no puede esconder es su dureza, su rudeza.
Su tierno interior se deja ver en ciertas ocasiones, muy particulares. Lo puede su familia, pero el punto más vulnerable es su nieto. Podría llorar con solo observarlo. Y viendose reflejado él en la criatura, repasando en un segundo toda su vida.
Aprendió a construir esa fria muralla que lo aísla del dolor y del sufrimiento allá en su Mexico natal.
Donde jugaba con  palitos y piedras. Cazaba pajaritos, los mismos que hoy desde el alambre lo observan, pero con un poco de culpa. Las calurosas tardes lo fueron tallando y los desencuentros con su eterno amor lo terminaron de blindar.
Hoy es un perro de caza, infalible, perseguidor, constante, persistente, tosudo, testarudo, tenaz. De olfato agudo, como todo buen cocinero. Vive con su esposa y no tiene amigos sajones. Un poco desconfiado para esas cosas, prefiere confiar en su instinto, ese que nunca lo traicionó. Ni siquera aquella tarde en la que decidió ir a probar suerte al norte. Sabía que estaba para cosas grandes y sentía que tenía que triunfar en otras tierras. Hoy todavía se plantea y se pregunta ¿Qué es triunfar?
Allá fue, con su bolso de lona, que guardaba, unos pares de medias, unas camisas, unos pantalones, remeras, sueños y alguas palabras del ingles.
La vida y la realidad lo golpearon, duro, pero igual se puso de pie, se sacudió el polvo, se acomodó el pelo, juntó todo su honor y su dignidad. Siguio caminando hacia adelante. Desafiando la vida misma. Poco a poco fue encontrando sus recompensas, al tiempo que endurecía su corteza.
Se enamoró y formó una familia. Muchos años después de haber partido de su lugar en el mundo, se encontró por casualidad con un amigo con el que había compartido palitos y piedras, tardes de calor y sueños de niños. Y él le confiesa que siempre supo que triunfaría, que él como nadie, confiaba en el hoy viejo gruñón. Ahí entendió que todos aquellos que le decían, "no te vayas..." "quedate..." "que vas a hacer allá, si ni siquiera saber decir hola..." estaban equivocados, que triunfar se podía y querer es poder, sin importar las adversidades. O mejor aún, deben importar y mucho, pero enfrentarlas y tratar de vencerlas. De eso esta hecho un hombre, de victorias pequeñas, de grandes conquistas, de paz, de honor, de entender las propias debilidades y saber explotar las virtudes.
Osco y bufón, de corazón tierno, el mismo del que ella, su esposa, se enamoró, el mismo personaje, como Dr Jekill y Mr. Hide, ambos lo componen, se integran, cualquiera de ellos puede aparecer en cualquier momento. Hoy lleva el mismo bolso de lona cargado de sueños para regalarlos a sus nietos. Revisandolo minusciosamente, también encontró un palito, aquellos que le recuerdan esas mágicas tardes, lo conectan directamente, con esos olores y sabores de infancia, que jamás podrá olvidar, guarda el recuerdo en un cajoncito de madera, que rara vez abre, lo cierra, mira hacia arriba y una lágrima intenta asomar, aspira hondo.
Es hora de ir trabajar, que chingadera.

lunes, 17 de junio de 2013

Y al final, el Rojo se fue...

Y al final el malo de la película muere. Se hace justicia. El público que abonó su entrada se va satisfecho a sus hogares, porque lo que vino a ver, la imagen del villano vencido se cumplió. Se encienden las luces de la sala, la gente comienza a salir de ese estado en el que pierde la realidad, se estira, se despereza. Revisa la debajo de la butaca, observa al rededor, se sacude el resto de pochoclo adherido a la ropa y abandona la sala, con los títulos todavía desplazándose por la pantalla. El espectador se va. Se escuchan algunos comentarios.
Lágrimas en los ojos. Abrazos, gente que busca explicaciones en el cielo. Miradas fijas, inmóbiles, impávidos, estupefactos, atónitos. Miles de hinchas abrazos por el dolor, cargados de lamentos y desbordantes de bronca. Algo así deben de haberse sentido los hinchas de Independiente. No me alegra el dolor ajeno. No me agrada el sufrimiento del rival. Pero en algún lugar dentro mío siento que no es malo probar el sabor amargo del que te mofaste alguna y varias o muchas veces. Lo lamento. Nunca le deseo el mal ni el dolor al prójimo. Independiente perdió la categoría como consecuencia de constantes desaciertos dirigenciales. Ahora deberá volver como el ave Fénix. Luchar y sufrir. Transitar el camino con dolor, así tal cual como se curan la heridas, con dolor, con sacrificio, con sufrimiento. Hay recompensa al final del camino, pero no es un sendero de rosas, ni mucho menos. Rojo volvé. Pero no solo eso, no le des lugar otra vez al error, no te equivoques, por el bien del fútbol argentino, no le des lugar a los Comparada que te arrastraro hasta el fondo del océano. Nunca más deberías cometer esos groseros errores que mancharon tu nombre, así como tampoco deberías burlarte de los que alguna vez nos fuimos a la B.
Como en una película de terror que recién comienza, el corazón parece salir del pecho, y con esa misma adrenalina deberás jugar cada partido, como si fuera el último. Otra película está por comenzar, tal como lo hacemos con los chicos, elegimos la sala, buscamos la mejor ubicación, el horario más conveniente, las butacas centrales y más alejadas de la pantalla, para disfrutrar la película. Disfrutá del torneo, jugalo con toda la garra, tratá de poner toda la humildad posible, apagá el celular, hundite en la butaca, que otra función está por comenzar, las luces se apagan, aspirá hondo, persignate mirando al cielo celeste y blanco, disponete a jugar al futbol, comienza otra función. Habrán muchos partidos más, muchos campeonatos más tantos, como películas habrá. Comienza la función. Suena el silbato, arranca el partido, disfrute de la pelicula.

lunes, 6 de agosto de 2012

Soja u olivo

Vaya dilema que se plantea. La tan mentada soja, culpable de tantas discusiones, egoísmos expuestos, mezquindades, todos hablan de ella como la reina, algunos la tratan de yuyo maldito y otros de mentora de los grandes avances económicos argentinos. En fin, no es ese el tema que quiero tratar, quiero ir un poco más a la superficie. El planteo que quiero exponer es el siguiente: la soja trae resultados a corto plazo, siembro y a los pocos meses recojo el fruto (dólares), sin embargo en el caso del olivo, siembro y tengo que esperar 7 años (días más, días menos) para empezar a cosechar el verde fruto. Sin embargo una planta puede dar frutos durante 200 o 300 años. La soja... en cambio tengo que volver a plantar al siguiente ciclo.
Quizás la sabiduría de la paciencia tiene premio, y es ahí donde deberíamos refugiarnos, en la paciencia, en la serenidad de un campo de olivos, imagino (no conozco ninguno, pero se que voy a visitar alguno, pronto) que hay aves, no debe haber tanto agroquímico despilfarrado por ahí, más trabajo manual que mega máquinas cosechando día y noche, con la avidez de un compulsivo que busca saciar su necesidad. Es cierto, la soja tiene resultados yá, ahora. Pero castiga a los suelos. El olivo allí paciente, "eterno". Testigo mudo, nos  contará su verdad. Soy más fan (me gusta) del olivo que de la soja. Voto por la paciencia que por los arrebatos impulsivos adolecentes de la soja. Esa es mi imagen, cuando la racionalidad le comienza a ganar a los impulsos es que nos estamos poniendo mas viejos. Allí voy. Sin ser demasiado racional y conservando intacto los impulsos incontrolables de aquella adolecencia que se niega abandonarme, siento que disfruto mucho de una buena aceituna o buen aceite de oliva más que de una insulsa milanesa de soja. El dilema, olivo o soja. Paciencia. Ahi esta el secreto.

martes, 17 de julio de 2012

Una parada, muchas alegrias...

Soy habitante del conurbano bonaerense (para quienes no viven por acá, eso significa que vivo en la provincia de Buenos Aires, Republica Argentina) y ususario de las líneas de colectivos que transitan esta zona. Mi trayecto habitual es desde Florida hasta Pacheco, ese trayecto es, principalmente, por autopista o colectora. El viaje promedio de ida es de 50 minutos y el de regreso es de 1 hora y un poquito más los viernes. Mi propuesta es la siguiente: vamos a hacer un poco de matemáticas rápidas, sin muchos detalles. Buscamos los números gruesos que nos muestren una realidad.
El colectivo pasa gran parte del tiempo detenido en las bajadas de la autopista, entonces para salvar ese tiempo muerto, propongo que se hagan paradas sobre la traza de la autopista, construyendo una dársena donde puedan detenerse los colectivos sin entorpecer el tránsito. Desde la dársena hacer rampas para acceso para sillas de ruedas o para gente con movilidad reducida.
Evitar que el colectivo baje a una parada fuera de la autopista ahorra tiempo, combustible, desgaste en las unidades, contaminación, posibilidad de accidentes, reduce los embotellamientos, el stress de los choferes, reduce las horas que el trabajador está fuera de su casa (mejorando la calidad de vida), y otras tantas que seguro se me escapan. En las bajadas más conflictivas ( que son básicamente 3 , Marquez, Ruta 202 y Ruta 197 ) un colectvio tarda aproximadamente 5 minutos (en las horas pico, que cada vez son más frecuentes) desde que baja hasta que vuelve a retomar la autopista. Digamos 5 minutos para tomar cifras redondas, de todos modos estoy siendo muy muy generoso, pero solo a modo de cálculo, la idea es mostrar que con muy poco se puede hacer muchísimo. Veamos
Eso signifca que por día, se tarda 30 minutos más en ir y volver del trabajo, si eso lo multiplicamos por 20 (los sábados aunque vayamos a trabajar está un poco más liviano el tránsito) son 600 minutos por mes, y por 11 meses (digamos que entre vacaciones, feriados y otras yerbas) 6600 minutos desperdiciados en embotellamientos y semáforos. Eso significa que cada trabajador que viaja en colectivo, en un tramo relativamente corto, desperdicia 110 horas, que podría dedicarlas a otra cosa. Ahora veamos por el lado del transporte, 110 horas por año por coche, que está en marcha, consumiendo combustible, generando gases contaminantes, ruido ambiental, accidentes en los cruces de rutas y calles, entorpeciendo aún más el tránsito.
Estoy seguro que se podría ahorra muchísima energía (léase combustible que no abunda y no es barato, porque lo pagamos todos los contribuyentes dado que está subsidiado) y se reduciría la contaminación.
Ahora bien, esto requiere de planeamiento y financiación, la duda es: ¿A nadie se le ocurrió? o soy un iluminado que puede ver estas cuestiones y nadie más puede hacerlo. Raro, ¿no?
Básicamente lo que pido es hacer dársenas sobre la autopista, lugar hay, la tecnología para hacerlas, está. Hacer pasarelas, rampas y puentes para que la gente pueda acceder a las paradas. Son solo 6 u 8 puntos conflictivos en toda la traza de la autopista, no es mucho pedir. Y tantos serían un tanto más felices.


jueves, 26 de abril de 2012

Un par de cuadritos

Siento ganas de volver a pintar...  este sábado me voy a tirar a retomar...  a ver si puedo recordar algo que he aprendido o no del maestro Héctor Destefanis. Ver site amigo.

Ahí cuelgo un par de cuadritos que tengo expuestos... en casa ajena.

Pasen y vean, aunque más no fuera, unos oscuros tonos...



Oleo sobre tela 120x80 . Sin título. Presa de aquel mal crónico que sufro desde el minuto cero, de no poder terminar nada. Ni siquiera un cuadro terminado, o casi, no tiene marco. Se utilizo la técnica de los 6 colores, no se si tiene un nombre o no, pero funciona como tal y por lo tanto es más que interesante, sin embargo , no puedo encontrar el 6to color, les dejo la tarea, el color que falta es verde.
Pintado durante 2001/2 cuando comencé a relacionarme con los niños de forma más intensa. El embarazo de Pau es evidente en el muñeco.
Esos oscuros fondos representan exactamente eso, el florero de la misma exacta altura del muñeco, que extraño. La mesa es curva...
Parecen fantasmas los pliegues de la cortina trasera.

Voy a volver a pintar, esta decidido.


Este si tiene firma, lo tuve que firmar porque lo expuse en el museo Sivori. 
Oleo sobre tela 80x60 también a 6 colores. Debo confesar que me gustan tanto cuanto menos colores tengan como los que estan cargadísimos de colores. Esa dualidad extraña.
Otro relacionado con el tema de niños, con Pau embarazada de Luki, había que expresar algo y eso se nota claramente, el muñeco es indiscutidamente centro de escena, ojos que miran, botella y vasos testigos silenciosos de la escena, acá se ve un poco más de luz, tanto delante como detrás.






miércoles, 25 de abril de 2012

Sin comentarios... sin ideas... sin nada

Se que tengo ganas de escribir, pero no tengo ni idea que voy a poner, lo mejor es eso, sin ataduras, libre.
Libro, la feria del libro comenzó, y veo por ahí un libro de Moria Casan, que supongo no lo leería así fuera el único libro editado en la historia. Peor aún, no lo leeria, mucho menos lo regalaría.
Hablando de todo un poco, mi amigaso se separó... que cosa, la vida no?
Yo creo y hace poco noté que es caprichosa como ella sola. Todo el tiempo nos desafía, nos pone a pruebe, nos hace decidir entre dos o más cosas, nos juguetea, siento eso todo el tiempo.
Sin embargo debería sentirme un privilegiado frente a todas las atrocidades que vive la humanidad, guerras, enfermedades, catastrofes, o bien debería sentirme un absoluto perdedor, viendo las mansiones en la revista Caras o ver el barrio donde vive Amado. Estoy a medio camino, más de un lado que del otro. ¿De cual ?. Ni idea. Estoy contento de vivir el momento y el lugar en que me tocó vivir... Hay 3 personas que hacen de mi mundo uno mucho mejor y un puñado que completan la escena de la vida casi perfecta. Otros que ya se han ido y están detrás del decorado, pero los siento presentes. Mi pequeño teatro de la vida, tiene de todo, y obviamente mucho de lo que más me gusta...
Me gustaría que mi teatro, con escenario incluído tuviera influencia en otros tantos escenarios. A veces se puede y a veces no. Amo actuar en esas tablas y me encanta hacer el papel que hago. Hay situaciones que no se manejar, pero bueno, no creo que todos los actores conozcan el 100% de la obra ni mucho menos actúen perfectamente cada escena, deben improvisar mucho , ¿no?.
Que me gustaría que haya en otros escenarios, lo de siempre, justicia, dignidad (cada vez encuentro menos y menos, es increíble ver tanta obsecuencia... no lo puedo creer. Ah sí, claro!!!! que creo que es indigno se obsecuente. Absolutamente. )  criterio, sentido común, autocrítica ( hace mucho que no escucho decir, "me equivoqué", cuando lo digo, me miran con ojos desorbitados... ¿porque?) lealtad (queda poca... señores, la poca que queda úsenla ) verdad ( no hace falta decir mucho ¿no? ).
En mi escenario hay luces y sombras, colores y grises, tonos frios y mucho tonos cálidos. Hay música bien fuerte, magia (amo la magia) , hay un arco de 11, una pelota de fútbol, cochecitos de colección, esos de juguete, hay frío de la mañana, hay comida, hay abrigo, hay pasión por todas las cosas que quiero, hay amigos y amigas, hay corazón, hay alma, hay vida, hay paz. Hay trenes , hay locomotoras, una raqueta, libros, matemáticas, lupa, soldador, placas, hay más música, hay dibujos, fotos y videos, tengo un cuadro frases, esas que acuño y utilizo cuando estoy confundido, hay un cigarro y una botella de whisky, hay perfume a mujer, tengo una pantalla que mira al mundo, y la misma deja al mundo ver el escenario, hay en un rincón una platea de gente mayor, de la que supe escuchar, y me traje las mejores cosas, valores, hay libertad, esta lleno de convicciones muy fuertes que quizás pierdan fuerza a medida que pasa el tiempo, entonces ya dejen de ser convicciones y pasen a ser puntos de vista diferentes.
Otra cosa que no puede faltar es imaginación, creatividad , limitaciones basadas en esas convicciones, experiencias y fotos de juventud... Que sería de mí si hubiera sido invitado a otro escenario, a otro teatro, a otra ciudad...
Esa será, otra historia.