domingo, 9 de abril de 2017

Remontada histórica, jueves a la noche

Noche apenas fresca, de a poco fueron llegando uno tras otro, sin embargo Beto estaba primero, no importa a que hora lleguen, Beto está primero, siempre. Cualquier otro convocado o invitado, seguro llega segundo.
Se hacía la hora del partido y casi todos en cancha haciendo unos movimietos pre competitivos, estiramientos varios, otros atraídos por el imán esférico, no podían dejar de darle algunos toques suaves, como para ir entrando en confianza, como afinando la puntería. Haciendose amigo con la pelota.
Noche de remera sin lavar, claros vs oscuros sería la solución al descuido o al olvido de la semana anteriror.
Las camisetas se quedaron atrapadas en la bolsa de nylon. Nadie las recogió, y pasaron una semana junto a Enrique y sus reproches al gobierno actual. Fueron mudos testigos de los quejidos por las actuales medidas económicas y habrán escuchado mil veces la palabra paro. Ese jueves de paro que para muchos quedará marcado por un evento violento o por no haber ido a laburar, pero para otros, el destino le tenía guardado una sorpresa.

Los equipos ya se habían repartido en la cancha, claros para acá , los oscuros para allá, algún reporche, que si que no. Comienza el partido. Empiza la magia, el mundo parece detenerse en ese instante, nada más importa, ni dolores ni preocupaciones, es como un agujero negro que absorve toda la energía del universo y solo queda una poca para iluminar el predio. Más allá está el río, seguro se asoma para espiar alguna jugadita, se emociona con alguna jugada, o se soprende con algún gol. Seguro, está pendiente del almanaque, quiere que sea jueves para vernos venir a jugar.

La luna allá arriba, en la platea, no se mueve, no pestañea. Mira atenta, no creo que sea de ninguno de los dos equipos, ama el futbol y se sienta cómoda junto a las estrellas a mirar, a disfrutar, a gozar. No le importa si se juega bien o mal, le importa ver todo lo que el futbol significa para esos doce locos, que se reunen jueves tras jueves, como si fuera la primera vez. El rito de las camisetas y el armado de los equipos. Si fue o no lateral y si Bauza sigue o se va. Le gusta ver todo.

Futbol, arranque de partido impreciso pin pam pum, gol de los oscuros, 1 a 0. Algunos tibios reproches de los claros, vuelve a comenzar.
La misma camiseta, 2 a 0 en 2 minutos. Caras de preocupación y la temperatura de los reproches subía, tanto como la felicitación para el goleador, hasta el momento 100% efectivo, dos toques, dos goles, dos alegrias, dos puñaladas.
Saque del medio, el equipo claro intenta darse algunas indicaciones para armarse en defensa y evitar... Ni siquiera me deja terminar el relato, que llega el tercero, repite la fórmula el goleador, ya habían anunciado "hoy se lleva la pelota..." caras de felicidad, de sopresa en el equipo oscuro,  no podían creer con que facilidad y rapidez tomaron ventaja. La misma sopresa pero con desazón, esta vez, los claro se miran entre sí tratando de encontrar alguna explicación, todo era desconcierto. El río se golpeaba la frente, como en un gesto de "no puede ser... está en su noche".
Todo parecía encarrilarse para el equipo oscuro, y contrariamente el equipo claro ya estaba totalmente descarrilado, llegó el cuarto, anotado por quien sino, por el mágico, en su noche de gloria, se lo dedicaba a la luna, al río, a Dios, al universo, a todos, señalaba a quien le había dado el pase, Beto, el que siempre llega primero.
Ya, en ese instante, el equipo claro quería transitar el sendero de la resignación. Casi sin reproches, cabezas bajas, mirando la alfombra, Gus les había marcado cuatro goles en un puñado de minutos, estaba encendido, Anibal imparable, entraba por izquierda con gambeta rápida, pase abierto, centro al medio... Gol, y gol , y gol...  parecía ser el método oscuro. El claro, nada, ese parecía ser su método, nada.
La luna ansiosa, expectante, miraba a cada detalle. Vio transpirar a Carlos, vio el gesto de Dany, revoleando la derecha al cielo, quejándose del aramado inicial y los cambios de último momento, vio la cara de Gus y la preocupación de Gonza. Marian... sin consuelo. Vio que el arquero se sacaba los guantes, pero no alcanzó a escuchar que decían.
Cero cuatro abajo, cambio de arquero, parecía ser la receta que..., gol.
Cinco arriba los oscuros, cinco pepas, el botín izquierdo de Gustavo tenía destino de vitrina cristalina, iluminada por un haz de luz brillante, como su noche, como sus sueños.
La frutilla del postre, trepada guapa por izquierda, define con zurda al segundo palo, nada que hacer para el arquero, seis cero, Anibal marcaba y el partido parecía encaminarse para una goleada histórica, terminar quizás con el arco en cero, todo podía suceder a partir de ahí.
La luna seguía sorprendida de tanta belleza en la jugada, el río, caprichoso se golpeaba la frente y decía, se contagió de Gus... Tibios aplausos de aliento en el equipo claro, Beto gritaba fuerte, para que duela más, "seis arriba, seis !!! ", remarcaba para que no queden dudas quien manda en casa. Seis parecían ser las estacas blancas que cubrían la alfombra verde renegrida, como la esperanza y el ánimo del equipo claro.
El partido comenzó a jugarse cada vez más cerca del arco de Dany, el arquero, arquerazo, que parecía titánica la imagen parada en el arco, no importaba desde donde patearan ni lo fuerte que lo hicieran, era impenetrable, infranqueable.
Sin embargo por un rato largo, se jugó frente a ese arco y el ceño fruncido de la luna mostraba la preocupación del equipo oscuro, entraron las dudas, los yerros y al fin un gol. Casi sin festejo, los claros se pusieron a 5 de diferencia. Fue entonces que el partido sufrió un cambio, un vuelto, un volantazo, cambió de dirección. Los goles claros empezaron a llegar uno tras otro, la pelota empezó a correr por el piso, se sintieron un equipo y como en primavera la ilusión comenzó a reverdecer. Los reprochen cambiaron de camiseta y ahora los oscuros eran quienes se reprochaban entre sí. La pelota recorria el campo, triangulando y los goles acortaban la diferencia, sin recursos, sin métodos, los oscuros no llegaban o sin peligro, y los gritos de Silvio empezaron a ganar decibeles, tratando de despertar a su equipo.
Empate con gusto a victoria, seis a seis. A esa altura era heroíca. Pero pareció no alcanzar el apetito de los claros, que fueron en busca de más. Llegó uno y otro más tras una subida de Dany por derecha, centro y gol de Marian. Pero el destino, caprichoso jugaba su última carta, noveno , definitivo y lapidario gol, marca el resultado final. Histórica remontada de los claros, la luna temblaba de emoción, el río no lo podía creer, el destino sonreía, cómplice, miraba sobre hombro, sabía que había burlado a Beto una vez más, cuando allá por el seis a cero, pensó en irse ganador, como en los últimos diez partidos. Caprichoso como él solo, se sabía dueño absoluto de la bola de cristal que maneja el destino de todo el universo, el destino se marcha a descansar, y le regala a cada uno el sueño que se merece, a soñar muchachos a soñar y disfrutar que se ganaron en buena ley esa alegría inmensa de saber que hicieron historia, disfruten, que el jueves próximo, les tengo preparada otra historia.

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