Pero Andalgalá está enferma, un minúsculo grupo de inversionistas, han detectado que en la zona se puede extraer oro, plata y cobre. Con la misma ávidez que lo hicieron hace ya más de 500 años los colonizadores, estos inversionistas extranjeros, vienen a buscar nuesto oro y nuestra plata, dejando a su paso, misera, mugre, contaminación, desocupación, tierras desbastadas por el maldito cianuro que utilizan para separar los minerales de la piedra, millones de litros de agua por día consumen, los mismos millones que contaminan.
Todo el ecosistema de la zona se ve afectado por las explosiones que vuelan la piedra, el povillo que vuela, la toxicidad de los expolsivos.
Todo a cambio de muy poco, emplean muy poca gente, destruyen demasiado, se llevan todo.
Andalgalá está enferma, necesita de todos nosotros. Uno de los peores males la ha atacado, la codicia del oro. Andalgalá necesita ayuda, ningún remedio puede recuperarla, solo la unión de los vecinos, la fuerza y la sensatez de la justicia, la política que no se corrompa frente al dinero sucio, manchado de cáncer, muerte y cianuro.
Andalgalá, fuerza hermanos.
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