lunes, 1 de noviembre de 2010

33 mineros... otra visión

Todos conocemos la historia de los 33 mineros chilenos atrapados en las profundidades. Ahora yo quería mostrar el drama desde otro punto de vista que pocos han prestado atención.
Bien podría contar la historia de los 33 pero la voy a resumir a una sola, porque las otras 32 no difieren mucho de ésta.

La tarde del 5 de Agosto de 2010 no será facilmente olvidada por este trabajador de la minera (cuyo nombre es el siguiente un poco largo pero significativo: Hughe Profit No Risk Dont Care About Fucking Miners Who Work in Deadly Conditions Neither We Care About Contaminating Field Fuck The Planet Inc. , llamado Johnny, se encontraba jugando un partido de golf con un compañero de oficina, Mike, que se dedica a evaluar riesgos crediticios en los bancos de Shangai y Hong Kong.
Johnny recibe un llamado a una de sus 2 líneas de su Blackberry de ultimísmia generación. El modelo todavía no ha sido lanzado, pero un contacto que tiene en Canadá, en las oficinas centrales de Blackberry, donde la minera en la que Johnny trabaja es proveedora de oro y cobre para los circuitos del venerado elemento.
En fin, estábamos con el llamado entrante, en el driving de golf, en las afueras de Toronto, tarde soleada, clima fresco pero agradable. Suena el teléfono, Johnny interrumpe su golpe, estaba a escasos 3 mts. del hoyo, y cuando balanceaba su put (así se llama el palo que se utiliza para el golpe preciso, ese que le permite al jugador de golf coronar su seguidilla de golpes). Johnny tenía un sweater blanco, pantalones oscuros, prolijamente plancahdos, zapatos claros, con agudos y filosos tapones metálicos, brillantes, que le permiten un agarre perfecto a la verde grama que se extiende por todo el campo de golf, junto a él ,un caddie, quien lo ayuda a acarrear sus palos de golf, más allá un carro eléctrico, que les permite moverse entre los diferentes hoyos, en sus manos calzaba guantes de cuero de algún animal exótico que le permite tener el mejor grip del put.
Protesta al segundo timbre, cancela la ejecución del tiro que le permitía vencer a su rival. Atiende, parco... del otro lado su secretaria, le comunica que tiene una llamada importante.
La oficina de Johnny se encuentra en un alto edificio de la zona comercial y bancaria de Toronto, más precisamente en el piso 33 de la torre CN de Toronto. Con una vista impresionante de la ciudad. Imaginen el lujo, la sofisticación de las oficinas, de cientos de metros cuadrardos disponibles, muebles confortables, bebidas de la variedad que puedan imaginar, teléfonos de última generación, internet, videoconferencia. Luces regulables en colores e intensidad, los ascensores, de acero que cuidan la seguridad y vidrio para otorgar el mayor confort a sus ocupantes.
El llamado para Johnny era de la oficina de excavaciones de Sud America, Johnny tuvo que pensar unos largos segundos para entender quien le hablaba, una porción importante de su cerebro estaba ocupada con la fiesta de esta noche y como debía ir vestido, junto a su esposa, quien estaba comprando un collar de diamantes en una joyería céntrica para ir a la misma fiesta.
Al entender quien lo llamaba, quiso saber de que se trataba. El interlocutor le comenta que ha habido un derrumbe en una de las minas de Chile, San José.
Hubo un silencio, mezquino, chirrió con los dientes apretados. Luego soltó una pregunta: " Y... ¿ se podrá seguir operando mañana? ¿Que tan importante es el derrumbre?".
Le contestan : " Creemos que va a ser difícil... no tengo el detalle de los daños, pero tan pronto como tenga más información se lo haré saber".
Johnny responde : " Bien, gracias por el informe, pero asegúrese que no repercuta en los medios, sino se verán afectadas nuestras acciones, y yo quiero mantener este nivel beneficios."
Johnny presiona el boton rojo del celular dando por finalizada la conversación. Su oponente le consulta por el llamado, "¿está todo bien?", si, le responde Johnny.
Vuelve a concentrarse en la bola final, le pone el mayor foco posible, fija la vista en el hoyo, con un gesto casi imperceptible le dice a su caddy que saque la bandera del hoyo. Acomoda sus pies y balancea el tronco, dando pasos muy muy cortitos hasta ajustar la distancia, como persiguiendo a un bebé.
Lleva el palo levemente hacia atrás, golpea la pelota.
El recorrido de la pelota parece que va a terminar dentro del hoyo, pero no, en el último instante hace un moviemiento extraño y se desvía de su objetivo. La blanca bola queda estacionada a escasos 5 cms. del ajugero que la aguardaba...
El gesto de Johnny lo dice todo... ha sido un día desastroso, uno de los peores.




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